Tuesday, February 21, 2006

Parece que ese viernes hubo piñas en los midget. Y más el sábado, en reiteradas ocasiones pero en un espacio diferente. La india mucho no entiende de tecnología, sin embargo sabe de decepciones. Y también de rituales y brebajes mágicos que le enseñó un chamán amigo. Entonces optó por ellos, se quedó en la tribu vestida con olores de ensueño y bailando alrededor de la hoguera.
Sólo un día después corrió por la ciudad para buscar a su hombre. Tenía todavía una máscara del rito nocturno. Y también brebajes mágicos en el bolsillo derecho. Sabía que era la única manera de unir a un hombre y a una indiecita.

3 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Tu problema es que crees.
b

9:17 AM

 
Blogger Marie said...

¿Creo qué, Bruno? ¿Hablamos de hombres vs mujeres? ¿O hablamos de amor? Porque no es lo mismo, ¿no? Explicate porque, de nuevo, no te entiendo.

1:50 PM

 
Anonymous Anonymous said...

Seguís sin entender: hablamos de creer lo que se lee (de no creer lo que se lee), de leer el otro relato, diría Piglia, el que no se escribe. por otro lado, no hay relaciones entre hombres y mujeres, como te gusta decir: hay relaciones entre Pedros y Juanas, y cristalizaciones en lugares comúnes, cotidianos. La mujer no es más histérica que el hombre, ni el hombre más mentiroso que la mujer. Un Dios Cotidiano es lo que hace (si me perdonás la mariconada) maravillo esas relaciones. ¿se entiende?
bruno.

5:08 PM

 

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