Friday, August 25, 2006

Los pies. Solamente los pies cruzando el parquét. Se introduce una mano en el cuadro, una mano que agarra el cuchillo de mango negro. Después la otra, otra mano pasiva que toma un encendedor. Verde, el encendedor es verde. Puede verse, apenas, que no está completo.
Las manos desaparecen. Los pies giran y vuelven al principio. La cámara gira ciento ochenta grados; el par se deja enfocar desde todos sus ángulos. De nuevo dos manos aparecen: la derecha conservando el cuchillo, la izquierda, el fuego. El deslucido parquét tiene ahora dos manchas claras, celestiales. Tiene también un resplandor sin manos que dura sólo cuatro segundos. Después se acaba, quedan solamente los pies y luego ni eso; el par se eleva contra un fondo celeste.
Los pies, ahora, permanecen ahí, enfundados en pleno reposo.